Liturgia
Mayo "Mes de María"
Es fácil hacer un gran trabajo si realmente crees en lo que haces. Por este motivo, trabajo cada día para ayudar a personas como tú.
El mes de mayo es considerado como el mes de las flores. De las flores nace el fruto; de María nació el fruto de nuestra redención: Jesús nuestro Salvador. Ofrecer una flor es señal de amor. A María, como a cualquier madre, le gusta el regalo de flores de sus hijos. Que este ramo vaya adornado con nuestras oraciones y con nuestro amor de hijos.
El calendario cristiano tiene varios días dedicado a la Virgen María.
· El 1º de enero: María madre de Dios.
· El 25 de marzo: la Anunciación.
· El 31 de mayo: La Visitación de María a Isabel.
· El 22 de agosto, María Reina.
· El 8 de septiembre: la Natividad de María.
· El 12 de septiembre, la Presentación de María.
· El 8 de diciembre, la Inmaculada Concepción.
· Y algunas advocaciones más.
El Papa San Juan Pablo II fue un gran devoto de la Virgen. En sus viajes a España pudo comprobar la devoción del pueblo español a la Virgen, y se despidió con estas palaras: "Adiós, España, tierra de María ". Y es que el suelo español está sembrado de iglesias, ermitas e imágenes de la Virgen. En nuestro arciprestazgo hay algunas parroquias y ermitas que están dedicadas a la Virgen:
· Nuestra Señora del Pollo………….Juarros del Rio Moros.
· Ntra Señora del Carmen……Estación del Espinar, Martín Miguel, Etreros
· Ntra Sra del Caloco….El Espinar.
· Ntra Sra de la Salud………Marugán.
· Ntra Sra de los Remedios …..Abades y Cobos de Segovia.
· Ntra Sra de la Aparecida…..Valverde del Majano.
· Ntra Sra de la Adrada……Otero de Herreros.
· Ntra Sra de la Cerca…… Madrona.
· Virgen del Carrascal……Villacastín.
· Ntra Sra de los Cepones…. La Losa.
· Ntra Sra de Matamala……Santovenia.
· Ntra Sra de las Nieves……Sangarcía.
· Ntra Sra de la Asunción ….Jemenuño, Valverde del Majano.
· Ntra Sra de la Piedad…..Garcillán.
· ……..
El Papa San Juan Pablo II en el anagrama de su pontificado, debajo de la cruz tenía una gran M; es una clara expresión de la importancia que para el santo Padre tenía su devoción a María.
Jesús desde la cruz nos dejó por madre, en la persona de Juan, a María. También María es reconocida como madre de la Iglesia. Ella fue quien mantuvo la fe de los apóstoles, desilusionados ante la muerte de Jesús.
En el Concilio Vaticano II San Pablo VI, la declaró, Madre de la Iglesia.
Honremos a María, en este mes de mayo, especialmente dedicado a ella, con nuestra oración y nuestro amor de hijos.
Grupo de liturgia
¿Qué es la Cuaresma?
Comenzamos el año litúrgico con el tiempo de Adviento, luego Navidad posteriormente unas semanas del tiempo ordinario y de inmediato iniciamos el tiempo de Cuaresma.
¿Qué es la Cuaresma?
La cuaresma es el tiempo litúrgico que antecede a la Pascua y que nos prepara para ella. Es tiempo de conversión, de reflexionar y cambiar aquello que hay en nuestras vidas que nos aparta del camino señalado por Jesús de Nazaret.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Jueves Santo. Se inicia el tiempo de Cuaresma con la imposición de la ceniza que es símbolo de conversión hacia Dios y hacia el prójimo y también símbolo de nuestra fragilidad y limitación humana.
A lo largo de este tiempo hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
La Iglesia nos da pistas seguras para empezar a celebrar la Cuaresma: nos habla de tres maneras de actuar, o tres medios que nos ayuden en este camino hacia la Pascua de Resurrección: la limosna, el ayuno y la oración.
El ayuno es algo más que privarse de alimentos ciertos días. Se trata de privarse y prescindir de aquello que no es esencial, que no está en línea con las orientaciones y exigencias que marca el evangelio, potenciando en nuestra vida aquello que es más importante, como el ejercicio de la caridad, viviendo con mayor intensidad la virtud de la esperanza cristiana.
La limosna es una expresión de amor al prójimo. Es una forma de compartir desde el amor al prójimo necesitado.
Y la oración que es “como la respiración del alma”. Nadie puede vivir sin respirar. Así mismo, ningún cristiano puede llevar una vida cristiana de calidad si no reza, si no habla con Dios y sobre todo si no le escucha.
En la Cuaresma se nos invita a quitar las piedras del camino que nos impiden caminar e ir al encuentro del Señor, que nos llama.
Año de San José
Con motivo del 150 aniversario de la declaración de San José, como patrono de
la Iglesia Universal por Pío IX , el Papa Francisco ha escrito una Carta Apostólica
“Patris corde” (Con el Corazón de Padre), declarando el Año de San José, que comenzó
el 8 de diciembre de 2020, hasta el 8 de diciembre de 2021.
San José es “el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria,
discreta y oculta”. Sin embargo, “el suyo es un protagonismo sin igual en la historia de
la salvación”
Es un padre que acogió a María, sin poner condiciones previas en este mundo,
afirma el Papa Francisco, “ donde la violencia psicológica, verbal y física sobre la mujer
es patente” Y añade el Papa: su acogida “nos invita a acoger a los demás, sin
exclusiones, tal como son, con preferencia por los débiles”
EL SANTO SILENCIOSO
Se podría decir de San José, que fue el santo del silencio. Aceptó la voluntad de
Dios si dificultad. Cuando Herodes mandó matar a los niños menores de dos años, tuvo
que salir al exilio hasta que las circunstancias cambiaron y pudo volver a Nazaret.
San José es “realmente un santo patrono especial de aquellos que forzados por
las adversidades y el hambre tienen que abandonar su patria a causa de la guerra, el
odio, la persecución y la miseria.
Si fue el custodio de Jesús y María, “no puede dejar de ser el custodio de la
Iglesia”.
Fue un humilde trabajador, como carpintero, al servicio de los demás. El Papa
nos enseña a “redescubrir el valor, la importancia y la necesidad del trabajador mirando
en particular al desempleo debido a la pandemia del Covip19.
DEVOCIÓN DEL PAPA A SAN JOSÉ
El Papa Francisco tiene la costumbre de poner bajo la estatuilla del “Santo
dormido”, en la Casa Santa Marta, un pequeño papel con sus preocupaciones escritas
en él.
En el Canon de la misa añadió también a San José, junto con María, los
apóstoles y los santos, como intercesor.
Desde hace más de 40 años, dice el Papa, que reza todos los días una oración a
San José tomada de un libro de devociones, francés.
DEVOCIÓN DE SANTA TERESA
Muchos santos tuvieron una gran devoción al santo. Resalta la devoción de santa
Teresa quien decía: “No recuerdo hasta ahora haberle suplicado cosa que haya dejado
de hacer. Es cosa que espanta las grandes mercedes, que me ha hecho Dios por medio
de él”. Algunos de los conventos que fundó los puso bajo la protección de San José.
INDULGENCIA PLENARIA
Ha anunciado también el Papa en este año de San José, la concesión de la
indulgencia plenaria, cuando se recibe con las debidas condiciones.
NUESTRA DEVOCIÓN
De niños, nuestros padres o abuelos nos enseñaron una oración antes de
acostarnos que decía (seguro que la conocéis): Jesús, José y María, os doy el corazón y
el alma mía. Jesús, José y María, asistidme en mi última agonía. Jesús, José y María,
haced que con Vos descanse en paz el alma mía. San José también es el abogado de
la buena muerte, pues moriría en los brazos de Jesús y María.
CURIOSIDADES
Ningún Papa ha escogido en su pontificado el nombre de José; aunque fuese su
nombre de “pila”. Por ejemplo San Pío X (José Melchor Sarto). San Juan XXIII (Ángel
José Roncalli) San Juan Pablo II (Carlos José Wojtila) y Benedicto XVI (José Ratziger).
Os invito a que leáis esta Carta
Equipo de Liturgia
La Liturgia en Adviento y Navidad
La Constitución dogmática Sacrosanctum Concilium define la liturgia como “la cumbre a la que tiende toda la acción de la Iglesia, y al mismo tiempo, la fuente de donde mana su fuerza”. La Constitución dogmática recalca la importancia de la “participación comunitaria de manera plena, consciente y activa”.
A través de la liturgia recordamos y vivimos el misterio de Cristo y la Iglesia. En el primer artículo que publicamos en la web del arciprestazgo os exponíamos los tiempos litúrgicos. Comenzamos con la explicación del comienzo del año litúrgico, con el tiempo de Adviento.
El Adviento era el tiempo de espera de la venida del Señor. Nos recordaba aquella larga espera del pueblo de Dios por la venida del Mesías prometido.
Habéis, en este tiempo leído, escuchado o meditado en las lecturas, cómo Dios se comunicaba con su pueblo a través de los profetas, de manera especial a través del profeta Isaías y el último de los profetas, Juan el bautista, quien ya anunció la presencia del Mesías, cuando dijo al pueblo:”En medio de vosotros está uno a quien vosotros no conocéis” Después, en otra ocasión le señaló diciendo: Este es el cordero de Dios, el que quita el pecado del mundo”(Jn 1,29).
Después del Adviento llega la Navidad: el nacimiento de Jesús. El Mesías prometido: el Emmanuel (Dios con nosotros). La Navidad es un tiempo de alegría por la venida del Salvador prometido. Es el tiempo de reunión de las familias, aunque este año lo hemos recortado por las circunstancias especiales del coronavirus. Pero quizás nos hemos encontrado más cercanos con los olvidados, y los que sufren por la pandemia del Covid-19, o de los que por falta de salud o trabajo han necesitado una atención especial. La gente nos hemos sentido más cercanos.
La Navidad comenzó el 25 de diciembre y termina con el Bautismo del Señor, el 10 de enero de 2021. Luego siguen unos domingos del Tiempo Ordinario, hasta que comience la Cuaresma con el miércoles de ceniza, este año el 17 de febrero.
Tiempo de Adviento
El Adviento empieza el cuarto domingo antes del 25 de diciembre. Nos invita a preparar la venida de Dios en la pequeñez, en la pobreza y en la sencillez.
Adviento significa venida. Y en primer lugar lo que preparamos es la venida en Belén, el nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Algo que trastoca la historia humana. Y que merece la pena preparar con intensidad.
Pero en este tiempo se nos pide que no nos quedemos solo en un acontecimiento pasado. Esta venida sigue realizándose actualmente en nuestras vidas. Sí, el Señor viene a nuestro corazón si lo tenemos dispuesto, abierto, sobre todo para acoger a los que más padecen.
Por último está la venida definitiva del Señor al final de la historia hacia la cual caminamos todos.
Hay una frase u oración muy apropiada para el Adviento: ¡Ven, Señor Jesús! Ven a compartir nuestra existencia humana, como frágil niño en Belén. Ven a cada persona y acontecimiento. Y ven en tu Reino definitivo de paz, amor y verdad.
Las actitudes propias del Adviento son la esperanza, la alegría, la oración y la conversión
Los personajes más relevantes del Adviento son la Virgen María, Juan Bautista y el profeta Isaías.
Signos del Adviento:
La corona de Adviento. La costumbre procede del norte de Europa y consiste en poner una corona con ramas verdes y cuatro velas, que se coloca en un lugar visible, cercano al altar, en las iglesias. Cada domingo se enciende una vela al comienzo de la celebración, mientras se canta o se hace una oración. Nos va indicando la progresiva cercanía a la Navidad.
Otro signo propio del Adviento es la austeridad en la liturgia. Los adornos en la iglesia son más discretos, mejor con plantas que con flores y dejamos para cuando llegue la Navidad una mejor ornamentación e iluminación.
Hay unos cantos propios del tiempo de Adviento. Cantos que lo identifican y nos recuerdan que estamos en este tiempo litúrgico.
Y otro signo apropiado para este tiempo cercano a la Navidad es el compartir. Compartir con los necesitados, hacer una colecta especial, recogida de alimentos u otro signo que nos recuerda un punto fundamental de nuestra fe, salir hacia los demás, dar o darnos a los demás. Pero recordando que esto ha de ser una constante en la vida del cristiano, no una cosa puntual.
Y no podemos olvidarnos de la preparación del Belén. Preparar al final del Adviento un Belén, aunque sea sencillo, que nos recuerda gráficamente lo que celebramos en Navidad.
Los tiempos litúrgicos
El Año litúrgico está formado por distintos tiempos litúrgicos. Estos son tiempos en los que la Iglesia nos invita a reflexionar y a vivir de acuerdo con alguno de los misterios de la vida de Cristo. Comienza por el Adviento, luego viene la Navidad, Epifanía, Primer tiempo ordinario, Cuaresma, Semana Santa, Pascua, Tiempo Pascual, Pentecostés, Segundo tiempo ordinario y termina con la fiesta de Cristo Rey, que precede al Adviento.
Año litúrgico
Cuando hablamos de tiempo de Adviento, de Navidad, de Cuaresma…
algunos cristianos se interrogan sobre lo que es y por qué todos los años
celebramos lo mismo. Para entender lo que son los tiempos litúrgicos hay que
saber lo que es el Año Litúrgico
El Año litúrgico es el desarrollo de los misterios de la vida, muerte y
resurrección de Cristo y las celebraciones de los santos que nos propone la
Iglesia a lo largo del año. Es vivir y no sólo recordar la historia de la salvación.
Esto se hace a través de fiestas y celebraciones. Se celebran y actualizan las etapas más importantes del plan de salvación.
Bienvenidos a esta sección de liturgia de la página web de Abades-Villacastín
La liturgia es fundamentalmente un encuentro con Cristo vivo, presente en su Iglesia y en la liturgia a través de signos, gestos, palabras, etc. Participar en la liturgia es ante todo favorecer que ese encuentro con Cristo se pueda realizar.
Se pretende:
- Ayudar a que los cristianos participen activa, consciente y fructuosamente en las celebraciones litúrgicas.
- Potenciar la formación de los creyentes en los conocimientos litúrgicos que puedan ayudarles en la vivencia celebrativa.
- Ayudar a los cristianos para que avancen en el mejor conocimiento y vivencia de la liturgia de la Iglesia, para aprovechar su riqueza y hacer que el momento central de la vida cristiana que son las celebraciones litúrgicas nos hagan crecer como creyentes.
Para ello se tratarán diversos puntos: el año litúrgico, los distintos tiempos litúrgicos, la celebración de la misa, los sacramentos,… las consecuencias que tienen o deben tener las celebraciones litúrgicas en la vida cristiana…
Miembros de la comisión de Liturgia:
- D. Juan García Gorgojo
- D. Ángel San Vicente Llorente